Cobarde!

Si lanzaras una piedra sobre su cara, sus ojos caerían en mil pedazos, reflejando tu ira en lágrimas de cristal. Los cabellos dorados opacarían sus destellos de amor, cambiando un peinado de felicidad por uno de rencor. Dos pétalos en flor marchitarían la vida que otrora tuvieron, arrebatándote besos desnudos y calurosas palabras.
La cobardía te carcome, te duele, te amenaza. No puedes controlarlo. La ves y la sientes tan tuya, que los puños no bastan para demostrar amor, supremacía, pasión. ¿Qué pasión? Locura, obsesión, mezcla de un negro temor que recorre tus entrañas cual veneno. Intentas parar, pero las heridas están tan abiertas y sangrantes que deseas tomarla por la cintura y lanzarla contra la pared.
Se miran. Una mujer dolida y decepcionada ve por vez primera a quién amó convertido en un mounstro de tres cabezas. Quiere una espada para dejarle sólo una y ver si así logra amarlo de nuevo, mientras él llora como un chiquillo entre ahogos de perdón.

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lo asumo, escribo todo igual ¬¬