La mujer del omnibus.

domingo, abril 01, 2007



Cada día es igual. Su mente permanece ocupada toda la mañana por enredadas explicaciones llenas de palabras difíciles e imágenes inquietantes. Pero a las 13.15 todo cambia.
Y ahí la veo, en la parada, con su paraguas rosado por fuera y gris por dentro, esperando, viendo todo como por vez primera. Sus ojos me inquietan, son grandes y recorren el lugar con inocencia infantil, con ese brillo que se disipa al crecer... pero el de ella no se ha ido, quizás por eso llama mi atención.

Pasa el 76 pero no sube. Ve como un mar de gente se agolpa en la puerta presa de la estupidez citadina ¿y ella? ríe. Decide esperar el siguiente omnibus y le cierra el ojo infantilmente al pequeño niño que juega con una pelota a su lado.

Una vez en viaje decido sentarme a su lado y como lo supuse no me mira.
Siempre se sienta en el mismo lugar, ve la lluvia chocar contra la ventanilla y sus ojos se transforman creando una burbuja impenetrable. Todo es entre su corazón y el camino. Nada más, nadie más...
- Te equivocas - dice rompiendo la magia de su ensimismamiento.
- ¿Disculpa?
- Es entre el camino, yo y alguien más. Él está lejos, pero a la vez dentro de mí. Estoy tan ocupada durante la mañana que camino a casa él siempre viene a mi cabeza, puntualmente. Creo que el día que se ausente será porque estoy muerta... el viento lo trae de vuelta, no sé como ni por qué.
Habla muy rápido, con emoción, y distingo que no es de aquí por su acento. Me siento mal por alejarla de su fantasía y guardo silencio avergonzada.

Cuando baja del omnibus me regala una sonrisa cómplice y la veo esquivar los charcos de la calle como en una especie de rito. Luego camina por la acera tapizada de marrón, aquella que aún no es barrida por algún vecino y está llena de hojas secas, salta sobre ellas y su felicidad se ve eclipsada por la decepción al notar que están mojadas y no podrán regalarle un crujido...

Su vacío se siente en cada rincón y el pasillo se encuentra desolado. No entiendo cómo esta mujer logró esperanzar mi triste corazón con su sola presencia, sentí como si tuviera al amor en persona sentado en el asiento contiguo .

Al llegar a casa tomo mi diario y escribo con rapidez una línea escueta, precisa y hermosa : "El misterio de la mujer del omnibus ha sido revelado, está enamorada " punto.


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disculpe lo poco ah! es lo que hay no más ¬¬

1 comentario:

David Sebastián dijo...

No sé por qué, pero entiendo a tu chica del omnibus...

Tal vez yo también estoy enamorado, y creo que paradójicamente de ella.

Quizás, la próxima vez que camine por hojas otoñales salte... sólo para recordarla.