Anoche tuve un sueño.

lunes, agosto 27, 2007


Mi mamá me despertó diez minutos más tarde de lo habitual. Lo primero que vi al abrir los ojos fue su cara de culpabilidad y sueño mientras me despojaba de las sábanas rosadas. Me levanté muy rápido mientras ella salía de mi habitación para volver a su cama. Entré al baño y mientras daba el agua de la ducha traté de recordar lo que había soñado durante la noche, si es que había soñado algo.

Sé que soñé en colores y que estaba en un departamento desconocido. Caminaba por un blanco pasillo y me dirigía a un baño. Mientras lo recorría me encontraba con un conocido de la época del colegio, era judío, me miraba con cierto recelo y desaparecía sin dirigirme la palabra. Seguía caminando y por fin llegaba a mi destino, me miraba en el espejo con la certeza absoluta de que al salir de ahí haría el amor y reía con esa sonrisa nerviosa que tan pocos conocen. Cuando lograba ponerme seria analizaba cada rincón de mi cuerpo evocando esa noche de hotel en la que por última vez nos habíamos encontrado.

Las gotas caen en mis mejillas y mojan mi cuerpo lentamente. Mi mente desvaría pensando en las cosas que debo hacer hoy, las guías que tengo que leer y los pocos minutos que me separan de llegar tarde a clases y olvido lo que estoy recordando. En esta ducha estuve con él hace un tiempo. Fue hermosamente cotidiano, como si hubiéramos estado casados toda una vida, hablábamos de nuestros hijos y del espacio que tenía nuestro amor en la ajetreada vida de ambos. Fue lindo, demasiado lindo incluso. Ahora que lo pienso fríamente desde la distancia concluyo que quizás no estuve con él aquí, que no fue mas que un sueño .. sueño .. eso era, eso estaba recordando..

Me emocionaba la idea de encontrarme nuevamente con él, trataba de imaginar como sería el beso del reencuentro, las renovadas caricias y el hermoso te amo que nos regalaríamos al calor de mi cama. Me miré por última vez en el espejo y traté de abrir la puerta, pero no pude salir. Me dí vuelta y el baño se había transformado en un bizarro salón de clases lleno de gente. Nadie me miraba, todos hacían extraños experimentos y vestían delantales blancos. Sin siquiera preverlo, mi vida se había transformado en una monótona clase de química. Al ver que no tenía salida decidí caminar hasta el puesto más cercano y sentarme, pero todavía había un problema : todos tenían termómetros, menos yo. Ahí me di cuenta que estaba soñando.

Salgo de la ducha que compartí con él hace un tiempo. Veo con asombro como el rastro que deja el agua en las paredes se ha convertido en un caudal imparable, en una hermosa cascada. Me siento en el piso a observar como emerge un océano desde las baldosas y eleva mi cuerpo. Las olas me acarician y me invitan a nadar, a saltar, a sumergirme. Respiro por última vez ese aire que he conocido durante 19 años, me dejo atrapar por un nuevo universo azul y para mi sopresa, entre las algas y corales está él, más hermoso que nunca, mirándome con esos ojos que me enamoraron la primera vez. Lo extraño era que sostenía un termómetro en una mano y una cala en otra. Ahí me dí cuenta que estaba soñando, pero esta vez hice trampa ... No quise despertar.


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miti mota, siempre en mi corazón xD!

un vaso de leche.

domingo, agosto 26, 2007



en la mañana quise leche. fue un extraño antojo tomando en cuenta que no tomo hace ya bastante tiempo. lo más raro es que no la quise chocolatada, sino asquerosamente blanca. puse los pies en el suelo con la sola idea de llegar lo más rápido a la cocina. y ahí estaba, el vaso sobre la mesa, incolumne, perfectamente blanquesino y frío. lo miré un rato preguntándome quien lo había servido. me pareció extraño que alguien pudiera entrar a mi casa sin darme cuenta y decidí revisar cada rincón, pero como siempre, estaba sola. con cierto recelo lo olí, quizás estaba envenenado y en cinco minutos más caería muerta contra el piso, o peor, alguien podría entrar impunemente por la ventana y revisaría cada una de mis pertenencias personales.
después de un largo rato de inspección me rendí. al parecer no había nada fuera de lo común en ese amenazante pedazo de vidrio y al final decidí beber la leche rápidamente y tapándome la nariz como lo hacía cuando chica. en el momento en que empiné mi brazo y dirigí el brebaje hacia mis labios oí un grito ensordecedor. para mi sorpresa provenía del vaso. una mujer estaba ahogándose dentro y gritaba desesperada que la sacara, que no la bebiera, que no sabía nadar y que no le gustaba la leche. debo reconocer que tuve que esforzarme para no dejarla caer contra el suelo en el momento preciso en el que ella me habló. ¿cómo era posible? ¿cómo llegó ahí? ¿existen humanos de ese tamaño o este es otro de mis divagues matutinos?, quizás esto es un sueño y ahora que lo sé sólo debo darme la orden de despertar. lo hice, pero seguí con mis pies en la fría baldosa de la cocina con el vaso en la mano derecha y los ojos clavados en esa mujer que se ahogaba en la blanca marea.
¿cómo te saco?, pregunté.
con una cuchara, respondió.
busqué la cuchara más pequeña que encontré, una de esas de café y le dije que se afirmara. su pequeño brazo se aferró con fuerza a su salvavidas metálico y sacudió su cabello blanco y mojado. me indicó que la dejara sobre un plato y así podría estrujar su ropa. hice lo que me pidió y la miré largo rato. entre todo el caos no me había percatado de lo parecidas que éramos. sólo algunas nimias diferencias nos alejeban de ser clones. sus ojos eran más grandes, su pelo más largo, sus pechos más pequeños y su mirada más infantil.
hace cuánto no tomabas leche?, preguntó.
varios años, desde que murió mi abuela, ¿por qué?
porque tardaste demasiado en reconocerme, pensé que serías un poco más rápida.
¿reconocerte? ¿cuántas personas de cinco centímetros crees que conozco?, respondí un poco alterada.
soy más que una persona de cinco centímetros maría.
cresta!, sabe mi nombre, pensé, pero me quedé callada y la dejé hablar.
llevas demasiado tiempo sola, tu casa está preocupada. todos los objetos aquí están demasiado cargados, ni siquiera tienes alma maría, me fuí de tí hace un par de meses y ni cuenta te diste. estás tan preocupada de tu infelicidad que olvidaste quien eres.
para, ¿me estás diciendo que tú eres mi alma? este sueño está yendo demasiado lejos .. despierta maría! despierta ....
no estás soñando maría, escúchame. tú no eres para esto, debes salir, ver el sol y confiar. confiar en que las buenas cosas que te pasan son ciertas, sin ellas no puedo vivir en tí y no es por creerme demasiado importante, pero sin mí no tienes un buen porvenir. ahora deja de mirarme con esa cara de pregunta culposa, ponme de nuevo dentro del vaso y bebe la leche como cuando tu abuela te despertaba en las mañanas de invierno.
la ví con su pelo rubio platinado a los pies de la cama. traía una bandeja con un pan frica con queso y jamón recién hecho y un vaso de leche tibia. yo le decía que no quería, que no me gustaba y ella me miraba con su cara de profesora y me decía que hacía bien tomar cosas calientes en la mañana. entonces le echaba una mirada de resignación y enojo y bebía rapidamente ese líquido tan desagradable. cuando por fin terminaba el suplicio ella me premiaba con una sonrisa.

dejé el vaso en el lavaplatos con el rastro blanco aún en él, corrí por el pasillo, entré al baño y me miré al espejo. había recuperado el negro color de mi cabello que había perdido los últimos meses, mis ojos recobraron ese brillo que otrora conquistaba corazones y por primera vez en varias semanas pude esbozar una sonrisa.

esa tarde salí al patio, me mojé bajo la lluvia y bailé son una felicidad que no conocía.


foto by,
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más,más and more.

jueves, agosto 02, 2007



y he escuchado mil veces que cuando ya lograste algo siempre deseas más. eso me pasa hoy, quiero más. pero no quiero ni más regalos, ni más saludos, ni más llamadas ni más amigos, simplemente quiero más años. complejo tema este, porque no soy amiga del doc de volver al futuro y no tengo al DeLorian o por último un perro que se llame einstein. lamentablemente cumplo 19 y no 20, sí, es como cuando el profe te ponía el 6,9 y no el 7 de puro infeliz.

por qué? por qué quiero más edad? primero, porque nunca encontre que sonara bonito diez y nueve, segundo porque como dijo mi amiga personal constanza mondaca jorquera estoy en el "limbo de la mayoría de edad" y nunca me gustó el limbo, fue una imagen que logró perturbar mi mente infantil.. de hecho preferí siempre el purgatorio porque me lo imaginaba como la estación central y tercero porque él dijo : "te prometo que pa` los 20 estaré contigo" y desde que lo conocí no me gustó que estuviéramos separados.

esto es como la ley del "dos y medio" del compadre murch, hasta dos puedo distinguir las razones por separado, pero cuando entra en juego la tercera no son más que una multitud. una multitud que me grita ¡muy feliz cumpleaños marianna, pero deberías cumplir 20!, una multitud de latidos que en este momento no me deja respirar, una multitud de palabras atoradas en mi garganta, una multitud de sonrisas reprimidas y finalmente una multitud de lágrimas que en unos segundos gritarán al pasar por el tobogán de mis mejillas...

feliz cumpleaños a mí.